"Cada noche, y a través de la noche misma, una parte de mí, agazapada durante el día o en el discurrir del bochorno y las horas muertas, se adentra temblorosa en el silencio previo a la conjura, en el túnel siniestro de un tiempo lento, detenido como una broma. Se alzan fatales los muros al costado del camino y sucumbe el suelo bajo los pies descalzos; agonizante el cuerpo y vencido, en el reflejo lejano de una fosa que encierra entre las sombras el eco lastimoso de mil aullidos abandonados. Grietas en el panal anuncian la caída, y brota el llanto de sangre de aquellos que observaron el horror sin pestañear. Condenados a mirar de frente, lloran espinas de fuego sobre el fango helado que muerde ya sus rodillas, y entumecidas sus manos, se quiebran al rezar por el tiro final que acabe con la tortura espeluznante. Se confabula en el silencio un sueño muerto, un intento desesperado por escapar al designio fatal, el repugnante asco de ser el manjar final de las bestias, carne podrida, reventada y agusanada, vil alimento ponzoñoso de vomitivas alimañas. Digeridas de esta manera atroz las penurias de un día mediocre y gris, vuelve la sangre vital a la tierra de donde brotó el primer día, la historia vuelve a comenzar en sus anales de miseria, con la promesa cínica de un camino suave y tibio que nunca llegará."
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sábado, 5 de enero de 2013
jueves, 15 de noviembre de 2012
Cuando nuestra voz claudica
Por primera vez, su
preocupación parecía justificada y fatal. Por no haber albergado
nunca un corazón apasionado, intuía que era tarde ahora para buscar
una voz que lo mantuviera vivo; y era ahí donde residía toda su
aflicción y su congoja; porque él sabía muy bien que la verdadera
muerte siempre se cumplía en labios extraños, en el instante
preciso en que se pierde para siempre el eco de nuestro nombre
pronunciado por última vez; porque cuando nuestra propia voz
claudica, cualquier anhelo es infantil, los sueños ya no alcanzan, y
sólo nos queda sobrevivir en alguna boca ajena.
Y ahora, como un
desenlace amargo pero justificado, junto al resabio de una existencia
tibia y resignada, una casmodia disimulada iba ganando terreno sobre
las horas finales. Condenado a respirar su propio hastío, transitaba
ahora ─adormecido en el letargo de sus días, y atrapado en en el
tedio de ese insomnio de ojos bien abiertos que los mediocres
llamaron “vida”─, su sentencia, su silencio, y su agonía.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Réquiem a Papá
“Como tantas veces había hecho de niño, subió al cuarto de sus padres y se dejó caer sobre la cama grande. Enseguida percibió en el aire un olor demasiado familiar. Los muebles, las paredes, y hasta el marco de la puerta parecían haberse encogido con los años, y ahora él, se sentía un extraño en la casa que lo había visto crecer. Un saco de recuerdos cayó sin piedad sobre él. Sintió cómo el pecho se le oprimía, y le estallaba en lágrima. La vuelta al hogar le sabía a perdida irremediable; intragable el silencio y la desolación. El mismo escenario que tantas veces lo había arropado en el pasado, ahora se le volvía incómodo e insoportable.Arriba se asfixiaba, mientras abajo, en la sala, continuaba el llanto de aquellos rostros extraños sobre el cajón."
lunes, 5 de noviembre de 2012
Sentado a la mesa de un bar...
Sentado a la mesa de un bar…
Desde aquí observo
Al hombre tatuado
Él también
Eligió del mundo
Ese rincón maldito
Agazapado
Entre tribales
Y dragones
Llora hoy su tiempo final
Los secretos
De sus tinieblas
Le supuran en la piel
Si hubiera podido habitar
aquel desierto de silencios...
Los astros
Ya no transan su conjuro
Y la imagen
(ahora diáfana y sutil)
Aniquila el dictamen
Otro silencio llega
Ensordecedor
Ya no hay tregua válida
Mas allá de la muralla.
miércoles, 3 de octubre de 2012
Sus ojos se cerraron...
"Sus ojos se cerraron
y el mundo sigue andando...”
C.
Gardel
Alguien
muere, o desaparece. Un ser querido, o mucho más. Esa noche el insomnio se vuelve insoportable, y al otro día, al despertar,
algún indicio macabro nos demuestra que el mundo aún sigue ahí,
sin derramar una lágrima. Dolidos y humillados hubiéramos querido
que los trenes cancelen sus salidas, que los periódicos anuncien
sólo noticias de ayer, y que las modelos en los afiches se vistieran
de luto. Pero esa tristeza tan honda y tan nuestra, únicamente
habita de las paredes hacia adentro, y la soledad y la indiferencia infectan el aire que respiramos, a la hora del desayuno. Entre el
sonido monótono de la ducha y el aroma del café, comprendemos con
estupor que algo falta, o se ha ido para siempre. El primer día que
sigue al dolor es, sin duda, la jugada más arriesgada; los caminos a
diario caminados se vuelven extraños, y se extravía el sentido de
cada simple actividad mucho antes de comenzarla. El ser amado
ha partido, y la piedra atada al cuello duplica su peso al borde del
abismo. Si hasta los puentes, con sus llantos derramados y sus
poemas encadenados, temen con razón una movida fatal. Bajan esa
noche las estrellas preocupas, y el rostro atribulado de la luna
acecha agazapado en lo más profundo de la noche. En la orilla, junto
al mar, queda el eco de un beso lejano, el aroma siniestro de una despedida trunca, y un verso tímido, que no
supimos escribir a tiempo.
martes, 21 de agosto de 2012
Un silencio mágico y letal
"Una habitación y un
silencio; cuatro paredes indiferentes sosteniendo en vano el eco de
algo muerto; un libro solitario sobre la mesa y, entre sus hojas
amarrilentas, la nostalgia de una lectura interrumpida para siempre;
una pluma sin dueño y una intención desterrada, la tinta aún tibia
latiendo en sus entrañas; el resabio de tantas palabras que quedaron
sin decir; y entre las páginas del libro, sobre un trozo de papel
prolijamente doblado en seis, descansa la ardiente furia de un último
adiós atragantado entre líneas; oculto en la eternidad; y a merced
de la noche, otro relato que declina su voz, otro misterio que
acecha, mágico y letal, adormecido en las sombras."
miércoles, 4 de julio de 2012
Muerte no seas soberbia...
Muerte no seas soberbia porque tú no eres así,
aunque algunos te han llamado temible y poderosa,
puesto que, aquellos a quienes tú piensas has derrocado,
no mueren, pobre muerte, ni siquiera puedes tú matarme.
Del descanso y del sueño, que sólo tus imágenes son,
gran placer, entonces de ti, mucho más debe fluir,
y tarde o temprano nuestros mejores hombres van contigo,
los restos de sus huesos, y la salvación de sus almas.
Tú eres esclava del Destino, Azar, reyes y hombres desesperados,
y con veneno, crueldad y enfermedad moras,
y fetiches o encantos también pueden hacernos dormir,
y mejor aún tu caricia; ¿por qué presumes, entonces?
Pasado un corto sueño, despertamos a la eternidad,
y la muerte ya nunca será; muerte, tú morirás.
John Donne , "Poemas Divinos"
(Londres, c.1572-1631)
lunes, 16 de enero de 2012
Una muerte recién dejada
"(...) Pero este júbilo de sus ojos no era el de retorno de un destierro...
Miraban como si acabaran de resucitar y como seguros de que el recuerdo de la muerte recién dejada─ un recuerdo intransferible, indócil a las palabras y al silencio─ era ya para siempre una cualidad de su alma."
J.C. Onetti, "El Astillero"
Miraban como si acabaran de resucitar y como seguros de que el recuerdo de la muerte recién dejada─ un recuerdo intransferible, indócil a las palabras y al silencio─ era ya para siempre una cualidad de su alma."
J.C. Onetti, "El Astillero"
miércoles, 10 de agosto de 2011
Cae la noche
"Nuevamente volvió su mirada a las gaviotas
sobre el cielo en decadencia.Las oscuras siluetas
de los rascacielos en medio de cárdenos esplendores
y catedrales de humo, y poco a poco
entre los melancólicos violáceos
que preparan la funeraria corte de la noche.
Agonizaba la ciudad entera, alguien que en vida fue
groseramente ruidoso pero que ahora moría
en dramático silencio, solo, vuelto hacia sí mismo, pensativo.
El silencio se hacía más grave a medida que avanzaba la
noche, como se recibe siempre a los heraldos de las tinieblas.
Y así terminó un día más en Buenos Aires,
algo irrecuperable para siempre,
algo que lo acercaba un poco más a su propia muerte".
"Abaddon el Exterminador", E. Sábato.
sobre el cielo en decadencia.Las oscuras siluetas
de los rascacielos en medio de cárdenos esplendores
y catedrales de humo, y poco a poco
entre los melancólicos violáceos
que preparan la funeraria corte de la noche.
Agonizaba la ciudad entera, alguien que en vida fue
groseramente ruidoso pero que ahora moría
en dramático silencio, solo, vuelto hacia sí mismo, pensativo.
El silencio se hacía más grave a medida que avanzaba la
noche, como se recibe siempre a los heraldos de las tinieblas.
Y así terminó un día más en Buenos Aires,
algo irrecuperable para siempre,
algo que lo acercaba un poco más a su propia muerte".
"Abaddon el Exterminador", E. Sábato.
viernes, 1 de julio de 2011
Del Asesinato y las Bellas Artes
Lleno de ira en su interior, mientras hablaban
Lo hirió en el pecho con una piedra
Y le arrancó la vida: palideció, cayó, el alma
Escapó en un quejido, con un chorro de efusiva sangre.
(El Paraíso Perdido, libro XI.)
“Cuando un asesinato se encuentre en el tiempo paulo-postfuturo —o sea, que no se ha cometido ni se está cometiendo sino que aún ha de cometerse— y tengamos noticia de ello, tratémoslo moralmente...
...Supongamos en cambio que ya se ha cometido ….
...supongamos que la pobre víctima ha dejado de sufrir y que el miserable asesino ha desaparecido como si se lo hubiese tragado la tierra …
...huida, aunque sin éxito —«abiit, evasit, excessit, erupit», etc.—; suponiendo todo esto me permito preguntar: ¿de qué sirve aún más virtud? Ya hemos dado lo suficiente a la moralidad: ha llegado la hora del buen gusto y de las Bellas Artes.”
--------------------------------------------
«Mirad, la cara está negra y llena de sangre,
Los ojos, salidos de las órbitas más de cuando vivía,
Tienen la horrible mirada del hombre estrangulado;
El cabello en desorden, abierta la nariz en la lucha,
Las manos crispadas son de alguien que jadeó
Y peleó por su vida, hasta que lo derrotó la fuerza.
Mirad el pelo pegado a las sábanas,
La barba bien cortada, agitada y deshecha
Como el trigo de verano que esparce la tormenta.
No hay duda de que aquí lo asesinaron
La menor de estas cosas es una prueba.»
Tomas de Quincey
Lo hirió en el pecho con una piedra
Y le arrancó la vida: palideció, cayó, el alma
Escapó en un quejido, con un chorro de efusiva sangre.
(El Paraíso Perdido, libro XI.)
“Cuando un asesinato se encuentre en el tiempo paulo-postfuturo —o sea, que no se ha cometido ni se está cometiendo sino que aún ha de cometerse— y tengamos noticia de ello, tratémoslo moralmente...
...Supongamos en cambio que ya se ha cometido ….
...supongamos que la pobre víctima ha dejado de sufrir y que el miserable asesino ha desaparecido como si se lo hubiese tragado la tierra …
...huida, aunque sin éxito —«abiit, evasit, excessit, erupit», etc.—; suponiendo todo esto me permito preguntar: ¿de qué sirve aún más virtud? Ya hemos dado lo suficiente a la moralidad: ha llegado la hora del buen gusto y de las Bellas Artes.”
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«Mirad, la cara está negra y llena de sangre,
Los ojos, salidos de las órbitas más de cuando vivía,
Tienen la horrible mirada del hombre estrangulado;
El cabello en desorden, abierta la nariz en la lucha,
Las manos crispadas son de alguien que jadeó
Y peleó por su vida, hasta que lo derrotó la fuerza.
Mirad el pelo pegado a las sábanas,
La barba bien cortada, agitada y deshecha
Como el trigo de verano que esparce la tormenta.
No hay duda de que aquí lo asesinaron
La menor de estas cosas es una prueba.»
Tomas de Quincey
La Muerte y los Filosofos
“No es de asombrar que se asesine a príncipes y estadistas. A menudo hay cambios muy importantes que dependen de sus muertes, y en vista de la eminencia en que se encuentran se hallan particularmente expuestos a la mano de cualquier artista a quien anime el deseo de lograr un efecto escénico. Pero hay otra clase de asesinatos que ha prevalecido desde comienzos del siglo diecisiete y que sí me sorprende: me refiero al asesinato de filósofos...
...Descartes no tenía más compañía que su criado, con quien conversaba en francés. Los marineros, creyendo que se trataba de un comerciante y no de un caballero, pensaron que llevaría dinero consigo y pronto llegaron a una decisión que no era en modo alguno ventajosa para su bolsa...
...Notaron que era de carácter manso y paciente y, juzgándolo por la gentileza de su comportamiento y la cortesía de su trato ... y concluyeron que les sería fácil quitarle la vida. No tuvieron empacho en discutir la cuestión en presencia suya pues no creían que entendiese otro idioma...
...como resultado de sus deliberaciones decidieron asesinarlo, arrojar sus restos al mar y dividirse el botín…
...a pesar de su miedo cerval, Descartes demostró estar dispuesto a luchar y con ello intimidó a la canalla anticartesiana. «Viendo que no se trataba de una broma, Descartes se puso de pie de un salto, adoptó una expresión severa que estos miserables no le conocían y, dirigiéndose a ellos en su propio idioma, los amenazó con atravesarlos de parte a parte si se atrevían a ofenderlo en lo que fuera...
...Sin duda para los viles rufianes hubiese sido honor muy superior a sus méritos el quedar ensartados como pajaritos en una espada cartesiana.”
-------------------------------------------------------------------------
“Leibniz no fue asesinado, pero cabe decir que murió en parte de miedo a que lo asesinaran y en parte de despecho porque no lo asesinaban.”
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“En un tiempo, por razones de salud, Kant andaba unas seis millas diarias en el camino real. Esto llegó a oídos de alguien que tenía sus razones personales para cometer un asesinato y que se sentó en la tercera piedra miliar a esperar...
...Kant llegó a la hora exacta, puntual como un coche de correo...
...El accidente estuvo en el carácter escrupuloso y quisquilloso de la moralidad del asesino. Un viejo profesor, se dijo, estará abrumado de pecados. No así un niño. Pensando en esto se alejó de Kant en el momento crítico y poco después dio muerte a una criatura de cinco años...
...el asesino era un aficionado que comprendió lo poco que ganaría la causa del buen gusto con el asesinato de un metafísico viejo, árido y adusto que no le daría ninguna oportunidad de lucimiento, puesto que no era posible que, una vez muerto, se pareciese más a una momia de lo que ya se parecía en vida.”
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Tomas de Quincey, “Del Asesinato considerado como una de las Bellas Artes”
...Descartes no tenía más compañía que su criado, con quien conversaba en francés. Los marineros, creyendo que se trataba de un comerciante y no de un caballero, pensaron que llevaría dinero consigo y pronto llegaron a una decisión que no era en modo alguno ventajosa para su bolsa...
...Notaron que era de carácter manso y paciente y, juzgándolo por la gentileza de su comportamiento y la cortesía de su trato ... y concluyeron que les sería fácil quitarle la vida. No tuvieron empacho en discutir la cuestión en presencia suya pues no creían que entendiese otro idioma...
...como resultado de sus deliberaciones decidieron asesinarlo, arrojar sus restos al mar y dividirse el botín…
...a pesar de su miedo cerval, Descartes demostró estar dispuesto a luchar y con ello intimidó a la canalla anticartesiana. «Viendo que no se trataba de una broma, Descartes se puso de pie de un salto, adoptó una expresión severa que estos miserables no le conocían y, dirigiéndose a ellos en su propio idioma, los amenazó con atravesarlos de parte a parte si se atrevían a ofenderlo en lo que fuera...
...Sin duda para los viles rufianes hubiese sido honor muy superior a sus méritos el quedar ensartados como pajaritos en una espada cartesiana.”
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“Leibniz no fue asesinado, pero cabe decir que murió en parte de miedo a que lo asesinaran y en parte de despecho porque no lo asesinaban.”
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“En un tiempo, por razones de salud, Kant andaba unas seis millas diarias en el camino real. Esto llegó a oídos de alguien que tenía sus razones personales para cometer un asesinato y que se sentó en la tercera piedra miliar a esperar...
...Kant llegó a la hora exacta, puntual como un coche de correo...
...El accidente estuvo en el carácter escrupuloso y quisquilloso de la moralidad del asesino. Un viejo profesor, se dijo, estará abrumado de pecados. No así un niño. Pensando en esto se alejó de Kant en el momento crítico y poco después dio muerte a una criatura de cinco años...
...el asesino era un aficionado que comprendió lo poco que ganaría la causa del buen gusto con el asesinato de un metafísico viejo, árido y adusto que no le daría ninguna oportunidad de lucimiento, puesto que no era posible que, una vez muerto, se pareciese más a una momia de lo que ya se parecía en vida.”
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Tomas de Quincey, “Del Asesinato considerado como una de las Bellas Artes”
viernes, 17 de junio de 2011
Un Final
Para cuando leas esta líneas, yo ya estaré muerto. Tu presencia tibia y sin magia me asesinó. Mírate al espejo. Reconoce tu mano asesina, tu palabra sin compromiso y tu in-acción. Contaminaste con tus miedos el aire dulce que compartimos, y tu mediocridad en la lucha llenó de piedras el sendero; fuiste susurro, ocaso y atardecer. Mientras ocultas sin vergüenza tus sucias garras y te salvas, en este puente abandonado, mi resignación, por fin, se encuentra a gusto. Por debajo de pies cansado, la corriente de este río infernal y eterno, arrastrará hasta el final, los restos de este sueño casi muerto.
miércoles, 8 de junio de 2011
Una Cama Vacía
Esa noche tardó horas en quedarse dormido. En la otra cama, a su derecha, su compañero de habitación no cesaba de gemir. Lo había escuchado así durante todo el día. Por momentos hasta había sentido lástima del pobre viejito, algo de compasión, y hasta tres veces había llamado él mismo a las enfermeras para avisarles de sus quejidos, temiendo a veces, lo peor.
Pero por momentos llegó, sin embargo, a avergonzarse de sus míseros pensamientos, ante una enfermedad terminal como la del viejo. Y, aunque le incomodaban esas manifestaciones de dolor del enfermo, creía que no eran sinceras y, que en el fondo, el viejo solo intentaba llamar la atención.
En otros momentos, llegó hasta alegrarse de que, aunque enfermo e internado también, él estaba en mejores condiciones de salud que su compañero de habitación; y esto era evidente. Pero también se avergonzaba ahora de haber pensado así.
Lo dicho, esa noche, mareado de tantas deliberaciones internas, tardó mucho tiempo en quedarse dormido. Cuando se despertó, en la mañana, la otra cama, frente a él, estaba ya vacía.
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