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sábado, 8 de junio de 2013

Escribir

Escribir... o permanecer en ese tiempo impreciso de la escritura. Vomitar como endemoniado... sin tiempo ni música, sin fuerzas para pensar en lo que vendrá - si total, ya nada importa.
Y es entonces cuando el cuerpo estalla, avanza, y se quiebra...
y surgen hambrientas las grietas /  las venas, que supuran el veneno...
amargo, intenso, en todas direcciones...
salpicando las sábanas y las paredes, los sueños y las hojas en blanco.
Y el dolor entonces es inmenso, pero dulce, como un orgasmo...
Estremecerse, escribir, y estallar al fin... devorar en silencio ese estallido, y quedarse ahí, quietito... abrazado al verso, con los ojos vacíos desbordados de lágrimas; y el cuerpo, agotado...
casi adormecido.

viernes, 25 de enero de 2013

El Fin

No quedaban libros… ni esquelas, ni pancartas. La humanidad había enmudecido y, embrutecidos ahora, se gritaban en silencio las pasiones que ayer (los) enterraron para siempre..




lunes, 21 de enero de 2013

Cuando todo se pulveriza...

"... cuando todo se pulveriza ...
¿qué mejor que escribir un poema,
hacer una canción, o bailar en un escenario iluminado...?"


"Bandoleiros", João Gilberto Noll

viernes, 4 de enero de 2013

Carta de despedida




(algo) Me has contagiado; por mis venas corre noche esta densa sangre negra; negra tan, como la tinta de la pluma con la que ayer (me) escribiste... última por vez, última carta tuya. 
El puente que (tanto tiempo) nos mantuvo unidos, aguantando innumerables tormentas, esas incontables embestidas de aquellos mares embravecidos, de palabras hecho solo estaba... de palabras que nunca llevarse ningún viento podrá jamás.
Nunca nadie nada supo... y yo, tampoco. Nunca nadie quiso, y tú, menos. Y así quedamos los dos, atrapados, estacados, uno a cada lado del charco. Nuestras versos, esos, aún esperan ser oídos, besos, que sueltos, casi muertos suenan a canción de despedida, sangre corre, negra tinta,
punto final,
                (recuerdos de)
                                 esta última línea.

sábado, 13 de octubre de 2012

El Verso Inacabado


Solo un cúmulo de palabras disgregadas sobre el papel, descoloridas, separadas unas de otras en la distancia y la indiferencia, y abandonadas en la soledad inconmensurable de una frase a medio acabar, sobre un desierto frío, inmenso y blanco... 
Un verso inacabado. Palabras que mueren en silencio, o en la añoranza de un misterio aún sin revelar.
Es el eco impreciso de un intento; un aullido lejano e inaudible, perdido para siempre en el desamparo infinito de lo desoído.

martes, 9 de octubre de 2012

Solo una excusa más...

“Si la vida es una eterna incógnita, 
por qué con la muerte habría de ser diferente.”
E. Sábato 



Leo, sí, leo bastante... aún bajo la certeza de que nunca será suficiente.
Y escribo, también... cada vez escribo más. 
Escribo, como impulso, o tal vez, para huir de aquí, de esta esquina y de este tiempo tan esquivo y fugaz que me ha tocado habitar.
El eco de aquella frase insiste por dentro, profundo... yo dudo, elijo dudar, dudar con todo mi alma.
Intento en vano poblar cada instante en blanco de versos nuevos y torpes, escritos, sangrados, oídos,  soñados... Como esos tres puntos suspensivos a los que siempre vuelvo, y que me colman de misterios, de sublimes visiones que, en algún recóndito rincón de mis sombras, alguna noche haré realidad; como aquellas malditas ventanas que alguna vez soñara Baudelaire, iluminadas  por la tenue luz de una vela a punto morir.
No se trata─ que nadie se confunda─, de algún modo de evasión, no... es una manera más de resolver esta trama ardiente y sutil que me oprime, de salvar este presente fatal de la mediocre visión de los que continúan caminando su condena en círculos, y convirtiendo su infame angustia existencial en un abismo infinito que los absorbe lentamente y los vuelve cada día más insignificantes.
La rueda ha comenzado a girar, para todos... decidan ustedes, señores; ya no queda mucho tiempo más.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Días de lluvia


"[...] Puso a hacer café en la cafetera y se repanchingó a esperar en el sofá. Sobre la mesa de la sala descansaban un par de libros a medio leer y una Moleskine abierta en la última página, sobre un verso inconcluso donde se retenía una emoción.

El aroma del café recién hecho lo inundaba todo, y garabateaba en las paredes vacías viejas frases detenidas en el tiempo, de dolorosa caligrafía desangrada y entonada ausencia. Volvía el eco de antiguos desayunos, de periódicos y tostadas, y de una buena compañía de lejanas coordenadas. El taconeo de la lluvia en el cristal resolvía la armonía del momento, su cadencia. Adentro todo era refugio y pausa. Afuera, insistía el aguacero"

A.G. Leão, "El sueño de Lagarde"

domingo, 1 de julio de 2012

Un trazo inconcluso


La imagen es la de una figura simple, torpe e inconclusa, pero acabada. El símbolo de una pasión, tal vez, cercenada con furia varias ausencias atrás; pero que arde ahora con el peligro declarado de una hoguera pérfida, eterna e infinita.

El trazo surge, en su origen, esperanzado y hacia arriba. Hacia la inmensidad de un horizonte cargado de cielos lejanos, inalcanzables pero posibles. Como un destello de voluntad ineludible, o la curva tempestuosa de una proclama urgente de amor desesperado.

Pero rápidamente, su vuelo de fe se ve interrumpido por algún obstáculo ladino que lo obliga a sucumbir, durante algunos sutiles instantes, hacia un abismo diáfano y nuevo; la "contra-cara" de todo aquello condenado a fracasar, ya por cobardía o por conveniencia... lo que suele ser lo mismo.

Y es aquí donde comienza el trazo su caída fatal. Suavizada y armónica al principio, guiada tan solo por el arrebatado empeño de una intención primitiva y lejana; esa angustiante, imperiosa y constante necesidad de “ella”.

Después de una noche agitada, el día parece amanecer claro y esperanzador. Pero sobre la montaña eterna el viento de la calamidad sopla fuerte esa mañana, y aviva el fuego sutil que domina el presagio; desestabiliza cualquier urgencia primera y destroza aquel trazo maldito, nacido con el pasado firme de toda incertidumbre bastarda y duradera<, trazo que se vuelve ahora tímido y entrecortado como un tartamudeo fatal y último; o como el eco lejano de una angustia que ya ha comenzado a superar su antiguo estado de presagio mortal y tierno.

Y es entonces, justo antes de chocar contra los bajos fondos de ese abismo personal, cuando la voluntad va menguando su fuerza inicial y la intención de una voz salvadora se va extinguiendo débilmente hasta desaparecer por completo en el limbo de una soledad (ahora) demasiado comprometida; a los pies de aquellas pobres almas desconocidas que (tal vez) nunca lleguen a compartir - ni vislumbrar siquiera-  la tenue, sutil, pero determinante intención de una frase insinuada sutilmente justo ahí, en los anales de dos miradas que se rozan al pasar, se muerden... y se pierden para siempre.



domingo, 29 de enero de 2012

Domingo 5:30 am

"Abrir los ojos en medio del sueño, y escaparse. Salir a la vigilia de madrugada, mientras el cuerpo y la ciudad aún duermen. Escribir, dejar una huella, la clave de mañana, un intento de atrapar lo tenue, lo vislumbrado. Volver a la cama.... " 

lunes, 8 de agosto de 2011

Escribir

"Ni él mismo sabía si en realidad deseaba ser escritor profesional. Tampoco sabía si tenía talento para escribir novelas. Lo único que sabía era que necesitaba escribir todos los días. Escrbir era para él, como respirar."

"1Q84", H. Murakami

jueves, 14 de julio de 2011

Formas de Volver a Casa

“Lo que pasa, pienso ahora un poquito borracho, es que espero una voz. Una voz que no es la mía. Una voz antigua, novelesca, firme.
O es que me gusta estar en el libro. Es que prefiero escribir a haber escrito. Prefiero permanecer, habitar ese tiempo, convivir con esos años, perseguir largamente imágenes esquivas y repasarlas con cuidado. Verlas mal, pero verlas. Quedarme ahí, mirando”.

“Formas de Volver a Casa”, A. Zambra

martes, 5 de julio de 2011

Tal vez hoy no escriba nada

¿Por qué no se me ocurre nada que escribir? Porque, a diferencia de tantos otros días, ningún pensamiento o idea, original y ocurrente viene a perturbar mi alma y a salvarme del esplín diario….? Una de esas ocurrencias que nos sorprenden de vez en cuando, en medio de la tranquila “normalidad” diaria; que nos arrancan carcajadas por parecernos tan insólitas o fuera de lugar. De esas que nos hacen sentir orgulloso de ser diferentes a los de mas, originales; porque sentimos que “nadie puede pensar lo que se nos acaba de ocurrir”.
Y tal vez a todos les pase más de una vez algo parecido. Tal vez todos tengan, de vez en cuando, algún instante de iluminación; un instante (o más de uno) en que dan rienda suelta a su imaginación, se liberan de las convenciones y de la historia, de las pautas y de la sociedad y, acercándose un poco mas a su espíritu animal, o a su instinto, dejan que sus pensamientos vaguen libres, sin barreras, por el aire…. Empujados tan solo por la suave pero fuerte y constante brisa de la imaginación; de la realidad al surrealismo, del naturalismo al cubismo, de lo concreto a lo abstracto…deformando la realidad; o, tal vez, abarcándola toda. Creando “su” propia realidad.
Ir un poco mas allá de esa porción de realidad heredada que nos impone la sociedad, los medios de comunicación, nuestros pares, la finitud del tiempo y el espacio…..la vida……. y !la muerte!
O tal vez sea la conciencia de la existencia de todo eso lo que nos motiva a que, de vez en cuando, intentemos crear algo diferente, algo nuevo, algo más; de que inventemos otro mundo, con un pasado y un futuro distinto….posibles; a partir de algún incidente del que solo fuimos meros espectadores por unos segundos. Tal vez sea el deseo (y la necesidad) de querer perpetuarnos mas allá de nuestro tiempo; para lo cual nos es absolutamente necesario creer que exista un mas allá… desearlo….inventarlo.
Tal vez sea el vacío que nos produce, a veces, una vida pre-diseñada, tan rutinaria, tan parecida a otras, tan poco original. Tan aburrida a veces y tan sin sentido otras, que necesitamos creer que “debe existir algo mas “, que “esto no puede ser todo”.

Tal vez hoy me sienta conforme con mi vida y no necesite imaginar nada mas allá. Tal vez hoy me alcance verme reflejado en cada rostro que me cruzo por la calle. Tal vez hoy no me preocupe ser una pieza más de ese gigantesco engranaje que vaya a saber uno quien mueve (o hacia donde va!!).
Tal vez hoy no escriba nada.

Gael Loerè, "EL Sueño de Lagarde"

sábado, 2 de julio de 2011

“Entre líneas y … (puntos suspensivos)”

“Dijo: hola, y adiós...
y el portazo sonó como
un signo de interrogación”
J.Sabina

Cuál es, y hasta dónde llega la dimensión de lo que no se dice? Es posible jugar intencionalmente con lo que se insinúa? Es una acción lícita, o un recurso poético tal vez? O mas bien, la última treta de un espíritu cobarde que no se atreve a decir todo lo que piensa o siente?
En dicha omisión deliberada hay siempre una búsqueda de complicidad en el destinatario, un tipo de invitación en el acabado del verso, una manera de pulir o sacarle brillo a un poema definitivo, moldeado a cuatro manos.

“Dos miradas que se cruzan en el camino,
un segundo de silencio,
y una frase fantasma que queda,
suspendida en el aire.

Sin abrir la boca,
sin emitir sonidos que comprometan lo mas frágil,
se acercan dos pares de labios tímidos,
y surge el beso acordado.

El tiempo se demora,
solicita un préstamo lírico
de tres puntos suspensivos...

Flota en el aire,
un aura protectora,
y fatal

contiene el trazo de
todas las palabras calladas,
y de cada silencio abordado,

se mueven en las grietas
los hilos de una historia tenue
escrita
entre -
- lineas”.

miércoles, 22 de junio de 2011

Circular

Se puede jugar,
o experimentar con la gramática de un verso,
pero el sentido, la semántica,
trasciende las coordenadas,
destroza la materia y
sobrevuela incansable sobre el tiempo.
Llega sin aviso,
como una bofetada en un velorio,
en el cuarto de al lado...
Un ruido seco,
y el llanto ahogado de un niño
que se calla
para siempre.

jueves, 16 de junio de 2011

Un Camino

La pluma corre mas rápido que mis pensamientos, y mis sueños llegan detrás. Mis pasos, al igual que mis elecciones, no siguen lógica alguna, y zizagean sin preocuparse en el trayecto, ni la orientación. Lo mismo bajo hacia un valle siguiendo la pista del rocío de la mañana, como me sumerjo en mares sin nombre solo por apreciar como muta mi cuerpo sin tiempo ,para seguir respirando. Al salir del agua en la siguiente orilla, puede que la noche haya caído ya, y cinco estrellas azules intenten contarme algo. Un viento oscuro traduce la historia, y la susurra al odio. Pero yo prefiero continuar improvisando el trayecto, y me hundo en la espesura de la selva, deslizándome sobre una enorme hoja de parra, a 15 centímetros del suelo.
Mi movimiento es penetrante, y la mirada también. El bosque se abre en dos planos verticales, dejando en el centro, un pasillo místico y recto. Sin miedo ni lenguaje, avanzó decidido.
Una voz interior habla, entona un idioma destruido hace mucho tiempo. Incapaz de reproducirlo, si comprendo el sentido, y converso con la fauna. La tierra me reconoce, y me nombra hermano, aplauden las ramas mas altas de los árboles, y animales de otra mitología me ofrendan su fruto.
Se completa de esta manera el ritual, y la magia sagrada de la primera canción comienza a entonar los acordes prohibidos, la melodía única. La tierra entera danza, y su giro varía imperceptiblemente, sin marear los cuerpos, ni rebasar los vasos. El aire se llena de música y mística que no asfixia; la vida misma se respira con facilidad y alegría. Las coordenadas se esfuman ahora, y sería incapaz de reproducir el atajo. La sensación de que todo camino conduce a este rincón es contundente, y genera esta entrega total, este desvanecimiento. Algo de lo de adentro desborda los límites del cuerpo y de la conciencia. El sentimiento de pertenencia es universal y lo cubre todo, lo es todo... es el todo. Me embriaga el mensaje y caigo sin caída, sin miedo ni valentía, sin cobardía ni valor. Un bálsamo de frescura infinita baña mi rostro, como una tierna caricia de madre, y despierto pausadamente. Aquel mundo revelado, ya no puedo dejar atrás, ni disimularlo. Aquello que desbordó ahora dicta el camino,  la palabra sublime, el verso justo, el eco ardiente.
La pluma retorna con calma, y el sueño se vuelve verdad. El verso traza el camino, y aporta luz a la caverna. Tanto adentro como afuera, el día se vuelve día, y noche se vuelve la noche.

miércoles, 8 de junio de 2011

La Palabra Arriesgada

Palabra es la primer palabra. Un impulso que explota, compone la primer linea. Un poema es, en definitiva, una jugada arriesgada. E incapaz, a veces, el verso, de transmitir lo que siento; ese festival de besos tuyos que danza en mi interior. Una música sin tiempo, jamás oída, y jamás bailada. Acordes que interpretan a la perfección, mis ganas de ti. Sobre la llama eterna giramos, de la mano, tu y yo. Fundidos en un tacto divino, y mientras una rosa niña refleja la cara mas melancólica de la luna, una sombra de locura triste engulle, en silencio, esta noche ideal. Pausado el instante, los dioses discuten la jugada. Aturdida su atención en el ritmo de nuestros pasos, caen impotentes ante la huella de un soñador. Ante el anhelo de aquellos que trabajan por el ocaso de una llama viviente, el refugio sigue siendo permanecer, habitar en la magia. Perpetuar la mística, aun sin la promesa de una salvación.