domingo, 9 de diciembre de 2012

Los espías del tedio.


"O make me a mask and 
a wall to shut from your spies...
... and let the dry eyes perceive" 

Dylan Thomas


La búsqueda, que debía ser límpida por sobre todo epíteto, delataba, tras su máscara divina, el sutil y vago carácter vulgar de los bastos, una distracción fugaz, casi irreal, disfrazada de pausa. Los espías del tedio saltaban el muro con facilidad, destrozaban los rincones más alejados y sus ojos, resecos y lejanos, anhelaban el regocijo de esa visión clara y conciliadora que siempre proporciona una lágrima primitiva y virgen, cautiva en la mirada alucinada y triste de alguna bella señora.
En las sombras maduraba una urgencia, la noche reclamaba acción, o abandono.

martes, 4 de diciembre de 2012

Muy pocos saben hoy lo que es el hombre

"Muy pocos saben hoy lo que es el hombre. Muchos lo sienten y, por decirlo, mueren mas aliviados, como yo moriré más aliviado cuando termine de escribir esta historia.
No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún. Pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. 
Mi historia no es agradable, no es suave y armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más así mismos. La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo sí mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cascaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llegará jamás a ser hombre, y seguirá siendo rana, ardilla u hormiga. Otro, es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto pez. Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno (tentativa e impulso de lo hondo) tiende a su propio fin.
Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno."


Hermann Hesse, "Demian"