"Una habitación y un
silencio; cuatro paredes indiferentes sosteniendo en vano el eco de
algo muerto; un libro solitario sobre la mesa y, entre sus hojas
amarrilentas, la nostalgia de una lectura interrumpida para siempre;
una pluma sin dueño y una intención desterrada, la tinta aún tibia
latiendo en sus entrañas; el resabio de tantas palabras que quedaron
sin decir; y entre las páginas del libro, sobre un trozo de papel
prolijamente doblado en seis, descansa la ardiente furia de un último
adiós atragantado entre líneas; oculto en la eternidad; y a merced
de la noche, otro relato que declina su voz, otro misterio que
acecha, mágico y letal, adormecido en las sombras."