La noche más cerrada que se pueda
imaginar. Un hombre, pequeño y desnudo, de pie, al borde del
acantilado. Bajo sus pies, el mar. “El” mar, descargando toda la
cólera de los siglos, contra las oscuras rocas de allí abajo,
sombrías e impasibles. Toda la negrura de la noche extendiéndose
fatal, hasta morder el horizonte. Y allí, en el final, el cielo, con sus grietas; tan embravecido como el mar. Todo el enfado del universo
cayendo con furia sobre la Tierra. El aire, terrorífico y mortal,
colmado de truenos ensordecedores y mil relámpagos ardientes; como
destellos de luz incandescente iluminando el último momento. Toda la
pequeñez de su humanidad contenida en un aliento final. Lo sublime;
la última explosión de adrenalina estallándole en la boca del
estómago. El arrebato postrero de los Titanes recordándole al
hombre la fragilidad de su hombría, su insignificancia, y su
fugacidad. Y él, “el” hombre... admirando en silencio la
fatídica función, con todo el orgullo en la venas de saberse el
único espectador del espectáculo final de los dioses.
miércoles, 4 de abril de 2012
viernes, 23 de marzo de 2012
"(...) Preciso era saltar sobre el tiempo..." (fragmento)
"(...) La
noche comenzaba a acercarse tímidamente, con esa curiosidad
intempestiva que siempre carga ella
sobre los momentos decisivos de los noctámbulos, forzando, en ellos,
una visión clara e
introspectiva, tan urgente como un recambio linfático y fatal. Las
piezas sobre el tablero sudaban ansiedad y reto, y la movida
que abriera los caminos no se podía demorar ni un instante más.
Preciso era saltar sobre el tiempo y clavar la jugada elegida sin
titubear, ni pestañear; aniquilando por anticipado el surgimiento de
cualquier sombra diáfana y rival; y preciso era evitar también,
cualquier atisbo de sugerencia diversa, y la más leve insinuación
contendiente. A un costado y bajo tierra, quedaban olvidadas e
indiferentes, todas las incertidumbres que pudieran estorbar o
encallar el viaje. El nuevo camino debía emprenderse despojado y
nudo; y del suculento sabor de los presagios vírgenes iría
extrayendo su ambrosía y su néctar, y moldeando, insustancial y con
orgullo, los nuevos tegumentos que arroparían durante el trayecto,
la renovada ilusión de volver a caminar por senderos desconocidos."
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
lunes, 19 de marzo de 2012
Despedida
Para
cuando leas esta líneas, yo ya estaré muerto. Tu presencia
sin magia me asesinó. Mírate al espejo y reconoce tu mano asesina,
tu palabra sin compromiso y tu in-acción. Contaminaste con tus
miedos el aire que compartíamos, y tu mediocridad en la lucha llenó
de piedras el sendero; fuiste ocaso, hastío y atardecer. Mientras ocultas con
cobardía tus sucias garras y te salvas, en este puente abandonado,
mi resignación por fin se encuentra a gusto. Por debajo de mi
cansancio de ti, la corriente irrebatible de este río endiablado, arrastrará hasta el
final, los restos - tibios aún - de este sueño incomprendido que nunca te
interesó.
domingo, 18 de marzo de 2012
Gutural
Un cuerpo que duerme.. silencio. Un
gramo de vida, o una sutil intención de voluntad adormecida. Y de
repente... el final: un grito apagado, un único y desesperado aullido
gutural que llora la soledad, y el abandono; un instante sólo... y al fin la muerte.
domingo, 4 de marzo de 2012
Te nocturno entre tus ausencias
"Te nocturno entre tus
ausencias... y te encuentro tan presente, como si aún no te hubieras
ido, y la brisa de esta tarde fuera el aire de tu mirada, y tus ojos,
y tus palabras, que dibujan cada estrella, y el contorno de esta
distancia, y tu silencio, cuando te nocturno entre tus ausencias...
una ausencia de tu
cuerpo, y de tu sombra que es tan recuerdo, tan silencio entre mis
sábanas, que me ahoga por las noches, cuando la ausencia se me pega,
como un sueño que me hostiga en la mañana, y durante el día, y
vuelve inútil cada grito, y no hay huida en las noches largas,
cuando intento aferrarme a algo que se desvanece en el silencio, y me
pierdo en lo indecible, mientras te nocturno entre tus ausencias...
y hay ausencias tan
canallas, que trascienden lo que sangran, y sangrar ya es demasiado,
cuando la herida es la de uno mismo, y se coagulan los recuerdos, y
se secan las venas muertas, y cada llanto es una herida abierta, que
se llora hacia adentro, y adentro es tan oscuro, y cada noche es tan
silencio, y te busco entre los sueños, y te nombro entre los
dientes, y te maldigo - no te ofendas – si te nocturno entre tus
ausencias...
y maldigo este nocturno
largo, tan cargado de esta ausencia tuya, y de insomnios tristes, con
ojos que muerden en la noche, tan profunda, tan dormida, sangre
cansada que revienta las heridas, y te sangro entre las sombras
nuevas, en el silencio, y en los rincones, donde aguardan agazapados
los aullidos que te nombran, cuando el sueño nunca llega, y la noche
es tan pesadilla, si te nocturno entre tus ausencias. "
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
jueves, 23 de febrero de 2012
Por donde pasa la noche mía...
"Por donde pasa la noche mía... me
encontraste en aquella esquina, y ya no pude soltarme de vos. Fue en la
hora última de aquel crepúsculo / de aquella tarde, y de aquel
verano, que te cruzaste pateando piedras en mi camino, y fue en esa
hora tan tardía del verano, cuando los pasos de los amantes
comienzan a languidecer / y la agonía improbable del
sol retumba irreverente por los rincones de la tarde, y sólo fue
un instante hermoso -ya lo sé- que pareció tan infinito, y las horas ya
estaban muertas, y mis pies eran tan cansados, cuando llegaste vos con
tus ojos tristes, y te plantaste en silencio delante de mío, con tu sonrisa
semejante, y tu mirada tan promesa, ¿y si fue
en una broma empecinada del destino? ¿o en una guasa distraída, que
equivocó su caribe? porque nuestro mar nunca fue muy esmeralda, y
nuestro verano no tiene palmeras, y nuestra arena que aún esconde
huellas, que son las tuyas, y son las mías, y las de esa tarde
nuestra, que se hundió en la orilla / cuando la última luna del
verano se reflejó en tus ojos, y la brisa era tan nostalgia sobre
el mar, y sobre nosotros, y por donde ahora pasa esta larga noche
mía...
y la noche siempre se pasa de
nostalgias, y de brisas de vos, de huellas que sobrevivieron diez veranos, y que se tranformaron en este amor, que nunca supo de
arenas blandas, ni de los presagios de tus caricias, las que llegaron a
enloquecer mi rostro, y a enardecer mi piel prohibida, y en tantas
noches que fueron cielo, bajo tantas lunas que fueron nuestras / y tal
vez fue el conjuro de una estrella infiel, la que confabuló el
secreto, o el misterio último que encondían tus palabras, como una herida
en el destino, o en la nostalgia de esos puertos nuevos, que te
arrancarían de mi lado, y de mis venas, y me condenarían cada
verano a contemplar el mismo mar, sentada al borde de esta orilla en sombras,
por donde pasa la noche mía..
una noche que cada noche fue más noche
mía, y más larga, y más triste, y más lejos de tus caricias, que
tardé tanto en aprender a no esperarte, porque una brisa nunca
olvida, ni la noche larga, ni la estrella pérfida, ni los nombres
que se escriben en las orillas, que son huellas que van más allá
del mar, y te hieren como una noche larga, y no es niguna broma, como el
beso de aquel verano, o ese roce maldito tuyo / que me dejó amarrada a vos, y a esta nostalgia de labios conocidos tuyos, que ahora beben de otro
mar, y duermen bajo otra luna, y me dejan esta noche sin estrellas,
abandonada y fría, a la sombra de tu mirada, por donde pasa la noche mía..."
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
viernes, 17 de febrero de 2012
La Nausée
" En ce moment même - c'est affreux - si j'existe,
c'est parce que j'ai horreur d'exister."
J. P. Sartre
"¡Si pudiera dejar de pensar! No quiero
pensar. No tengo que pensar que que no quiero pensar. Porque es un
pensamiento. Yo soy mi pensamiento, por eso no puedo detenerme.
Existo porque pienso... y no puedo dejar de pensar. En este mismo
momento – es atroz – si existo es porque me horroriza existir."
Jean-Paul Sartre, "La Náusea"
jueves, 16 de febrero de 2012
Bajo este cielo desperdiciado
"Y yo no sé aprovechar la ocasión; voy sin rumbo,
vacío y tranquilo, bajo este cielo desperdiciado."
J. P. Sartre , "La náusea"
vacío y tranquilo, bajo este cielo desperdiciado."
J. P. Sartre , "La náusea"
lunes, 13 de febrero de 2012
Y se hundió en tu cielo
"(...) Y la dejé caer, y se hundió en tu
cielo... y cayó, como caen siempre las tristezas, arrastrando todo
en la caída, y abajo ya no quedaba nada, ni la noche de tus pasos
suaves, ni el crepúsculo de tu mirada triste, y después, mientras
lloraba, la tristeza era toda mía, y de mis ojos, que te buscaban
como adictos, como se busca el cielo en la mirada, o se mira el cielo
en la tristeza, y el cielo que eran tus ojos, y tu mirada que era
infinita, y mi tristeza como siempre, se llevó todo en la caída, y cerré los ojos, y
la dejé caer, cuando se hundió en tu cielo...
y tus ojos no caían, y en tu cielo demasiado calma, una calma tan infinita, tan indiferencia que
me daba rabia, porque mi rabia era tan tristeza, que lograste que
perdiera el paso, mis pies entumecidos por el frío, mi dolor enceguecido por las lágrimas, y mi cielo, que no quería ni pensarte,
ni oir tus besos en el viento, y tu mirada y tu presencia, eran sólo
ecos muy lejanos, y con cada noche fue más difícil respirarte, y no
soñarte, porque el aire se fue haciendo más distancia lejos, y la
noche demasiado llanto dentro, y el silencio me estalló en el pecho, y
mi tristeza se dejó caer, y se hundió en tu cielo...
pasaron días, llovieron años, y el
mar se tragó esos ecos, y el cielo se quedó más limpio, y aunque
la noche podía ser larga y mi mirada más infinita, mis pasos
encontraron suelo firme, y volvieron a dejar sus propias huellas
claras, tu mirada se abrazó a la luna y desapareció, mientras tus
ojos daban brillo a las estrellas, y me olvidé por fin de la
distancia, y el nuevo capítulo era un verso raro, pero llevaba al
menos un nombre mío, y mi sonrisa nueva, pero fue una distracción
fugaz, porque la sangre nunca se calla, y los ecos de un amor tan
grande siempre acechan, en cada esquina...
y cuando menos me lo esperaba, tu
presencia desboró el recuerdo, y tu mirada se tornó tan cielo, que
hasta la luna se sintió pequeña, y el olvido adormeció la risa,
cuando la distancia me estalló en las manos, porque creí verte
volver, y me ganó la confusión antigua, y un temblor entre las
piernas, ansiosas / medias dormidas, y caí desbordado en llanto, con
angustia, como se cae siempre en la melancolía, y comencé a
esperarte, sin saber si era cierto que volvías, porque el amor suele
ser presagio, cuando se vuelve ciego, y el eco es tan
susurro, y la distancia es sólo una orilla, y cuando el mar acaricia
el cielo, y un llanto alegre entibia cada mirada ausente, al ver tus
ojos que volvían en silencio, la tristeza insinuó una sombra, pero
no le hicimos caso, y yo volvi a caer, arrastrando todo en la caída,
y ya no tuve fuerzas para combatir, y me dejé arrastrar, y fuiste lo
último que vi, antes de perderme para siempre, cuando me hundí en tu cielo y en tus ojos infinitos."
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
miércoles, 8 de febrero de 2012
Te desvío de mis labios
"Te desvío de mis
labios... y te encuentro en el camino, porque morder tus besos es
llegarte, y que me llegues hasta las entrañas, sin perderme, sin
mirarte, sin embargo yo te miro, y te pierdo, y te desvío, para
saber que llegas antes, y te espero entre los dientes, que ya no
dicen lo que callan, ni muerden lo que sangran, pero sangra todo lo
que tocan, y me tocan hasta adentro, y revientan mis entrañas, y me
sangran por los besos, y me duele hasta los dientes, yo me asusto, no
te digo nada, miro hacia otro lado, y te desvío de mis labios...
Porque duele no besarte,
y me muerde tanta espera, y yo muerdo tanto llanto, y ¡tanto tiempo
te lloré!, y hoy regresar es tu camino, aunque no me creo tanta
suerte, y prefiero tragarme el llanto, y perderme en el desvío, y
dormirme sin soñarte, pero vuelves y lo revuelves todo, y tus
palabras son tan sonrisa, y tus besos tan presagio, que yo caigo de
rodillas, y te sueño sin dormirme, y mi olvido ya te nombra, y mis
besos ya te sueñan, y mi piel se sabe frágil, y quisiera tenerte
acá.
Pero huyo entre las
sombras, y me olvido, tan cobarde, y te desvío de mis labios...
Y aunque te parezca un
poco tonto, y espero que no lo sepas, aún guardo entre las sombras,
el resabio de aquella herida, silenciada, manoseada, tan payaso
triste, y tanta risa solitaria, el pájaro que cayó del nido, y el
olvido se comió al dolor, y el dolor se durmió en la herida, y la
herida despertó en tus besos, y no quiere más silencio, ni más
vacío, ni más pájaros, ni más nido, ni tu ausencia, ni tu herida...porque todos tenemos al menos una, ¿no? Sin heridas no
hubo amor, ni sin locura, y tu locura es mi debilidad. ¡y qué
difícil ser tan frágil! y haber bebido de tus besos, en silencio, y de tus labios, mis fuerzas pierden pasos, y se confunden los caminos,
ni la luna sabe de esto, y yo te espero, y no escucho ya mi herida, y
me planto, y en el medio de la espera, porque te amo, te desvío de
mis labios."
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"
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