"Cada noche, y a través de la noche misma, una parte de mí, agazapada durante el día o en el discurrir del bochorno y las horas muertas, se adentra temblorosa en el silencio previo a la conjura, en el túnel siniestro de un tiempo lento, detenido como una broma. Se alzan fatales los muros al costado del camino y sucumbe el suelo bajo los pies descalzos; agonizante el cuerpo y vencido, en el reflejo lejano de una fosa que encierra entre las sombras el eco lastimoso de mil aullidos abandonados. Grietas en el panal anuncian la caída, y brota el llanto de sangre de aquellos que observaron el horror sin pestañear. Condenados a mirar de frente, lloran espinas de fuego sobre el fango helado que muerde ya sus rodillas, y entumecidas sus manos, se quiebran al rezar por el tiro final que acabe con la tortura espeluznante. Se confabula en el silencio un sueño muerto, un intento desesperado por escapar al designio fatal, el repugnante asco de ser el manjar final de las bestias, carne podrida, reventada y agusanada, vil alimento ponzoñoso de vomitivas alimañas. Digeridas de esta manera atroz las penurias de un día mediocre y gris, vuelve la sangre vital a la tierra de donde brotó el primer día, la historia vuelve a comenzar en sus anales de miseria, con la promesa cínica de un camino suave y tibio que nunca llegará."
sábado, 5 de enero de 2013
viernes, 4 de enero de 2013
Carta de despedida
(algo) Me has contagiado; por mis venas corre noche esta densa sangre negra; negra tan, como la tinta de la pluma con la que ayer (me) escribiste... última por vez, última carta tuya.
El puente que (tanto tiempo) nos mantuvo unidos, aguantando innumerables tormentas, esas incontables embestidas de aquellos mares embravecidos, de palabras hecho solo estaba... de palabras que nunca llevarse ningún viento podrá jamás.
Nunca nadie nada supo... y yo, tampoco. Nunca nadie quiso, y tú, menos. Y así quedamos los dos, atrapados, estacados, uno a cada lado del charco. Nuestras versos, esos, aún esperan ser oídos, besos, que sueltos, casi muertos suenan a canción de despedida, sangre corre, negra tinta,
punto final,(recuerdos de)
esta última línea.
jueves, 3 de enero de 2013
Esta noche
Esta noche surge
─puedo sentirlo así─
ávida y fatal,
repleta de sombras densas e inquietas,
cargadas de presagios.
Siluetas de bordes afilados aguardan en cada esquina,
al acecho de algún noctámbulo distraído a quien abrazar.
Las casas mantienen sus persianas bajas, silenciosas,
como los párpados caídos, fríos, de un animal muerto en el desierto.
Una voz lejana se va perdiendo temerosa en la distancia,
un murmullo de despedida, un aullido solitario,
o dos voces que se separan para siempre.
Avanza la noche sobre los tejados dormidos
atravesando los muros inertes
de nuestras peores pesadillas.
La brisa exánime de la ciudad va perdiendo su voz tímida.
Como en un ataque de afasia repentino
que la condena a enmudecer su destino,
su sino, y su fatalidad.
Un eco casi imperceptible y fugaz es
suficiente entonces para saber
que esta noche está viva,
y sedienta de voces nuevas,
la mirada altiva, cativa, nos espera,
y nos está observando.
domingo, 9 de diciembre de 2012
Los espías del tedio.
"O make me a mask and
a wall to shut from your spies...
... and let the dry eyes perceive"
Dylan Thomas
La búsqueda, que debía ser límpida por sobre todo epíteto, delataba, tras su máscara divina, el sutil y vago carácter vulgar de los bastos, una distracción fugaz, casi irreal, disfrazada de pausa. Los espías del tedio saltaban el muro con facilidad, destrozaban los rincones más alejados y sus ojos, resecos y lejanos, anhelaban el regocijo de esa visión clara y conciliadora que siempre proporciona una lágrima primitiva y virgen, cautiva en la mirada alucinada y triste de alguna bella señora.
En las sombras maduraba una urgencia, la noche reclamaba acción, o abandono.
En las sombras maduraba una urgencia, la noche reclamaba acción, o abandono.
martes, 4 de diciembre de 2012
Muy pocos saben hoy lo que es el hombre
"Muy pocos saben hoy lo que es el hombre. Muchos lo sienten y, por decirlo, mueren mas aliviados, como yo moriré más aliviado cuando termine de escribir esta historia.
Hermann Hesse, "Demian"
No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún. Pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí.
Mi historia no es agradable, no es suave y armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más así mismos. La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo sí mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cascaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llegará jamás a ser hombre, y seguirá siendo rana, ardilla u hormiga. Otro, es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto pez. Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno (tentativa e impulso de lo hondo) tiende a su propio fin.
Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno."
Hermann Hesse, "Demian"
lunes, 26 de noviembre de 2012
Anterior a cualquier cuerpo
Anterior A Tu Cuerpo
Anterior a tu cuerpo es esta historia
que hemos vivido juntos
en la noche inconsciente.
Tercas simulaciones desocupan
el espacio en que a tientas nos
buscamos,
dejan en las proximidades
de la luz un barrunto
de sombras de preguntas nunca
hechas.
En vano recorremos
la distancia que queda entre las últimas
sospechas de estar solos,
ya convictos acaso de esa interina
realidad que avala siempre
el trámite del sueño.
***
José Manuel Caballero Bonald
sábado, 24 de noviembre de 2012
E quindi uscimmo a riveder le estelle...
"¿Enfermedad? Tal vez lo sea como la vida misma a que va presa, y la única salud posible la muerte: pero esa enfermedad es el manantial de toda salud poderosa.
De lo hondo de esa congoja, del abismo del sentimiento de nuestra mortalidad, se sale a la luz de otro cielo como de lo hondo del infierno salió el Dante a volver a ver las estrellas:
e quindi uscimmo a riveder le estelle."
M. de Unamuno - "Del Sentimiento Trágico de la Vida"
lunes, 19 de noviembre de 2012
2046
“En el pasado, cuando uno no quería compartir un secreto, subía a una montaña, buscaba un hueco en un árbol, y susurraba su secreto dentro...
"2046", Directed by Wong Kar Wai
Luego lo cubría con barro. Así nadie podría descubrirlo jamás.
Una vez me enamoré... pero ella me dejó.
Fui a 2046. Pensaba que quizás estaría esperándome allí. Pero no la encontré. No puedo dejar de preguntarme si me amaba. Pero nunca lo averigüé.
Fui a 2046. Pensaba que quizás estaría esperándome allí. Pero no la encontré. No puedo dejar de preguntarme si me amaba. Pero nunca lo averigüé.
Quizás la respuesta era un secreto que nadie debía saber...”
"2046", Directed by Wong Kar Wai
jueves, 15 de noviembre de 2012
Cuando nuestra voz claudica
Por primera vez, su
preocupación parecía justificada y fatal. Por no haber albergado
nunca un corazón apasionado, intuía que era tarde ahora para buscar
una voz que lo mantuviera vivo; y era ahí donde residía toda su
aflicción y su congoja; porque él sabía muy bien que la verdadera
muerte siempre se cumplía en labios extraños, en el instante
preciso en que se pierde para siempre el eco de nuestro nombre
pronunciado por última vez; porque cuando nuestra propia voz
claudica, cualquier anhelo es infantil, los sueños ya no alcanzan, y
sólo nos queda sobrevivir en alguna boca ajena.
Y ahora, como un
desenlace amargo pero justificado, junto al resabio de una existencia
tibia y resignada, una casmodia disimulada iba ganando terreno sobre
las horas finales. Condenado a respirar su propio hastío, transitaba
ahora ─adormecido en el letargo de sus días, y atrapado en en el
tedio de ese insomnio de ojos bien abiertos que los mediocres
llamaron “vida”─, su sentencia, su silencio, y su agonía.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Réquiem a Papá
“Como tantas veces había hecho de niño, subió al cuarto de sus padres y se dejó caer sobre la cama grande. Enseguida percibió en el aire un olor demasiado familiar. Los muebles, las paredes, y hasta el marco de la puerta parecían haberse encogido con los años, y ahora él, se sentía un extraño en la casa que lo había visto crecer. Un saco de recuerdos cayó sin piedad sobre él. Sintió cómo el pecho se le oprimía, y le estallaba en lágrima. La vuelta al hogar le sabía a perdida irremediable; intragable el silencio y la desolación. El mismo escenario que tantas veces lo había arropado en el pasado, ahora se le volvía incómodo e insoportable.Arriba se asfixiaba, mientras abajo, en la sala, continuaba el llanto de aquellos rostros extraños sobre el cajón."
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