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miércoles, 8 de febrero de 2012

Me tiemblan tus caricias


"Me tiemblan tus caricias, y el sabor antiguo de tus lágrimas... salado el beso llanto, de la moneda olvidada en aquella fuente, y hay rojos deseos de no llorar-te más, y lágrimas vivas que enternecen la partida, es tuya ausencia la que llora en los rincones, y en las calles olvidadas, y en las tardes con olor a lluvia, y en la espuma del café con leche, y en esa lluvia que son tu ojos tristes, que se llueven de silencios, entonces arraso este vacío, y tiemblo  cuando me tiemblan tus caricias...
Y se derrama la mirada, y me embarco en tu silencio, en noches de llantos torrenciales, y nubosidades en aumento, y mi cama está tan triste, y mis sábanas empapadas, porque hay llanto para un río, y no duerme mi cansancio, que está tan cansado de llorarte, y vive ahogado en la distancia, en esta distancia que es un silencio, y tu silencio, ¡que ahora es tan distante! que yo ya nada puedo oirte, y no importa la canción, más solo que aquel día, me caigo encima de la noche, y me sostengo de una lágrima, y te sueño, ¡con tanto miedo! que me tiemblan tus caricias...
Y tiemblan cada noche, cuando caigo encima del silencio, y la noche, y las sombras, y tu ausencia, y tu lluvia se me atraganta, y el silencio es un presagio, y la noche se anuncia larga, y las piernas no me sostienen, ni los dientes, ni los brazos, ni mi llanto... y te invento en los rincones, y te lloro entre mis versos, y se inundan nuestras cartas, y recuerdo aquella tarde, y me tiemblan tus caricias...
porque conozco cada mirada tuya, y cada silencio, cada distancia, y la lluvia me dice que no es casual, ni este verso, ni esta lágrima, ni la noche larga, mientras en tu rostro habita este silencio, pero mira hacia otro lado, y oculta risas, y disimula el llanto, y la distancia es esta cama, y es esta noche, y son tus lágrimas... 
y afuera sólo lluvia, y vacío, y no vienes, y recuerdo aquella tarde, cuando al fin te fuiste, y me tiemblan tus caricias."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"