- Qué haces?
- Escribo.
- Por qué?
- Porque si.
- …
- o tal vez, para sobrevivir.
no escupo,
no vomito,
no grito,
ni busco estilo.
Solo me limito a abrir la puerta.
Palabras que me habitan, ya estaban escritas,
y el orden es su designio.
Yo me hago a un lado, las dejo pasar.
Son reflejo de una música interior,
cadencia íntima que moviliza.
Puede que pasen siglos antes que
alguien descifre la melodía y escuche “algo”,
hasta entonces, será un secreto...
Cuento que me cuento cada noche,
para poder dormir.
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