El capricho esconde un destello sutil....
una selección mecánica de palabras,
un entramado, una sospecha,
uno y un misterio...
un regalo simple donde se
disuelve sin clemencia
un envoltorio penoso y vulgar.
un sendero que se vuelve luz
para los ojos del más ciego y
una melodía celestial
que penetra en los oídos agarrotados,
tiemblan los miembros entumecidos,
se alzan del cadáver las cenizas,
tiemblan los miembros entumecidos,
se alzan del cadáver las cenizas,
un renacimiento y
una sustancia...
las palabras...
nada nombran ya,
nada nombran ya,
juegan,
estallan y
seducen,
y se ofrece entre lineas
el misterio mismo
que ellas alumbran...
que ellas alumbran...
lo atrapado en el silencio
la caricia que estremece
una ofrenda y
una senda y
un temblor
que se queda para siempre.
que se queda para siempre.