Tímida la tarde
se cubre los ojos /
Se derrumba un
crepúsculo
en los confines del
mar,
y estalla en
silencio una pena /
allende el
horizonte.
Un astro vigía se
adelanta y
madruga en la noche
pérfida /
se descuelga un
presagio joven
de la atalaya
noctámbula.
Turbios y fríos
sueños
acechan los caminos
yermos/
como nubarrones
siniestros
que esconden la rima
última,
el llanto ardiente/
que destroza la
rueda.
En la insoportable
desolación del alma
se re-integra todo /
se consume el fuego
amargo
del antiguo engaño
y surge Uno..
el guerrero
imperturbable
de las causas
imposibles.
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