¿Cómo hago yo para decirte mi poesía? ¿Cómo poner en palabras lo indecible, lo vislumbrado, ese destello sublime y esquivo desde donde se manifiesta la magia de un instante?
Porque la poesía, la verdadera, no es más que un simple acto ─ que es mucho más que un verbo─ y surge explosivo en el mismo instante en que muere, en la víspera... ...y habita, como un aleteo agónico y desenfrenado, en la vaga intención que ya se fue.