Slam!!, se cierra la puerta con un golpe.
Un silencio sepulcral
transforma la habitación en tumba,
gélido el aire
y enseguida...
el eco desesperado
de unos pasos rápidos
bajando por las escaleras.
Sobre la mesa,
un libro abierto,
y un verso que gatilla:
...que poco dura una estela...