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jueves, 10 de enero de 2013

El silencio de los cuerpos agotados.


"(...) Escucho el silencio, busco en las sombras y abro la noche... llega la escritura animal, la escritura mecánica, la orgía intempestiva de palabras sin sentido y sin ritmo, palabras saliendo de esta boca ansiosa y reseca, una boca huérfana de silencios mal heridos, y de aullidos encerrados en el claustro de una mirada demasiado beso, o de una noche demasiado fuego, el fuego de un ardor que arde bien adentro, profundo y llanto, y que arrastra el pulso constante de lo encerrado, de lo inútilmente reprimido, porque en esta vida, y en esta herida, no hay volcán que se calle para siempre, ni caricias que no muerdan lo que rozan, ni cuerpos que contengan el deseo, cuando surge la piel que derriba los silencios, y los labios - los tuyos - susurran lo indecible, y lo indecible es penetrar en tu silencio, y en tu cuerpo, hasta sentir que tiemblas de deseo, y te quiebras, y sabes que ya es muy tarde, y es inútil todo intento de escapar, porque es un instinto del que siempre fuimos presa, y es una marca, como esa herida, que es un anhelo tan fugaz y tan ardiente, una explosión que revienta nuestros cuerpos, y ese ardor que ahora es tan dulce, que ya nada lo contiene, y estalla entonces en mil caricias, y son manos, y son labios, los que se meten bien adentro, donde lo húmedo es el único alimento, y la mordida, y el temblor que sacude nuestros cuerpos, cuerpos que miran hacia otro lado, y se desentienden tibiamente de la jugada, y nos dejan luego así, esclavos de los espasmos, y de las risas, y de los silencios que en silencio sólo observan, el silencio de los cuerpos agotados. "

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

domingo, 4 de marzo de 2012

Te nocturno entre tus ausencias


"Te nocturno entre tus ausencias... y te encuentro tan presente, como si aún no te hubieras ido, y la brisa de esta tarde fuera el aire de tu mirada, y tus ojos, y tus palabras, que dibujan cada estrella, y el contorno de esta distancia, y tu silencio, cuando te nocturno entre tus ausencias...
una ausencia de tu cuerpo, y de tu sombra que es tan recuerdo, tan silencio entre mis sábanas, que me ahoga por las noches, cuando la ausencia se me pega, como un sueño que me hostiga en la mañana, y durante el día, y vuelve inútil cada grito, y no hay huida en las noches largas, cuando intento aferrarme a algo que se desvanece en el silencio, y me pierdo en lo indecible, mientras te nocturno entre tus ausencias...
y hay ausencias tan canallas, que trascienden lo que sangran, y sangrar ya es demasiado, cuando la herida es la de uno mismo, y se coagulan los recuerdos, y se secan las venas muertas, y cada llanto es una herida abierta, que se llora hacia adentro, y adentro es tan oscuro, y cada noche es tan silencio, y te busco entre los sueños, y te nombro entre los dientes, y te maldigo - no te ofendas – si te nocturno entre tus ausencias...
y maldigo este nocturno largo, tan cargado de esta ausencia tuya, y de insomnios tristes, con ojos que muerden en la noche, tan profunda, tan dormida, sangre cansada que revienta las heridas, y te sangro entre las sombras nuevas, en el silencio, y en los rincones, donde aguardan agazapados los aullidos que te nombran, cuando el sueño nunca llega, y la noche es tan pesadilla, si te nocturno entre tus ausencias. "

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

miércoles, 8 de febrero de 2012

Te desvío de mis labios


"Te desvío de mis labios... y te encuentro en el camino, porque morder tus besos es llegarte, y que me llegues hasta las entrañas, sin perderme, sin mirarte, sin embargo yo te miro, y te pierdo, y te desvío, para saber que llegas antes, y te espero entre los dientes, que ya no dicen lo que callan, ni muerden lo que sangran, pero sangra todo lo que tocan, y me tocan hasta adentro, y revientan mis entrañas, y me sangran por los besos, y me duele hasta los dientes, yo me asusto, no te digo nada, miro hacia otro lado, y te desvío de mis labios...
Porque duele no besarte, y me muerde tanta espera, y yo muerdo tanto llanto, y ¡tanto tiempo te lloré!, y hoy regresar es tu camino, aunque no me creo tanta suerte, y prefiero tragarme el llanto, y perderme en el desvío, y dormirme sin soñarte, pero vuelves y lo revuelves todo, y tus palabras son tan sonrisa, y tus besos tan presagio, que yo caigo de rodillas, y te sueño sin dormirme, y mi olvido ya te nombra, y mis besos ya te sueñan, y mi piel se sabe frágil, y quisiera tenerte acá.
Pero huyo entre las sombras, y me olvido, tan cobarde, y te desvío de mis labios...
Y aunque te parezca un poco tonto, y espero que no lo sepas, aún guardo entre las sombras, el resabio de aquella herida, silenciada, manoseada, tan payaso triste, y tanta risa solitaria, el pájaro que cayó del nido, y el olvido se comió al dolor, y el dolor se durmió en la herida, y la herida despertó en tus besos, y no quiere más silencio, ni más vacío, ni más pájaros, ni más nido, ni tu ausencia, ni tu herida...porque todos tenemos al menos una, ¿no? Sin heridas no hubo amor, ni sin locura, y tu locura es mi debilidad. ¡y qué difícil ser tan frágil! y haber bebido de tus besos, en silencio, y de tus labios, mis fuerzas pierden pasos, y se confunden los caminos, ni la luna sabe de esto, y yo te espero, y no escucho ya mi herida, y me planto, y en el medio de la espera, porque te amo, te desvío de mis labios."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

martes, 4 de octubre de 2011

¿Tú también?

"Even you,
 wounded...
single rose?"


Tú también
herida...
triste rosa?

La noche gélida ha pasado,
dejando olvidada
esa huella de melancolía
supurando en tu piel...

como un beso frío,
(seco en la despedida),
sobre estos labios solitarios
quebrados por la ausencia.

Resabios de un último roce
castigan con recuerdos,
como pétalos caídos
de una caricia muerta
           o tus lágrimas secas.