miércoles, 8 de febrero de 2012

Te desvío de mis labios


"Te desvío de mis labios... y te encuentro en el camino, porque morder tus besos es llegarte, y que me llegues hasta las entrañas, sin perderme, sin mirarte, sin embargo yo te miro, y te pierdo, y te desvío, para saber que llegas antes, y te espero entre los dientes, que ya no dicen lo que callan, ni muerden lo que sangran, pero sangra todo lo que tocan, y me tocan hasta adentro, y revientan mis entrañas, y me sangran por los besos, y me duele hasta los dientes, yo me asusto, no te digo nada, miro hacia otro lado, y te desvío de mis labios...
Porque duele no besarte, y me muerde tanta espera, y yo muerdo tanto llanto, y ¡tanto tiempo te lloré!, y hoy regresar es tu camino, aunque no me creo tanta suerte, y prefiero tragarme el llanto, y perderme en el desvío, y dormirme sin soñarte, pero vuelves y lo revuelves todo, y tus palabras son tan sonrisa, y tus besos tan presagio, que yo caigo de rodillas, y te sueño sin dormirme, y mi olvido ya te nombra, y mis besos ya te sueñan, y mi piel se sabe frágil, y quisiera tenerte acá.
Pero huyo entre las sombras, y me olvido, tan cobarde, y te desvío de mis labios...
Y aunque te parezca un poco tonto, y espero que no lo sepas, aún guardo entre las sombras, el resabio de aquella herida, silenciada, manoseada, tan payaso triste, y tanta risa solitaria, el pájaro que cayó del nido, y el olvido se comió al dolor, y el dolor se durmió en la herida, y la herida despertó en tus besos, y no quiere más silencio, ni más vacío, ni más pájaros, ni más nido, ni tu ausencia, ni tu herida...porque todos tenemos al menos una, ¿no? Sin heridas no hubo amor, ni sin locura, y tu locura es mi debilidad. ¡y qué difícil ser tan frágil! y haber bebido de tus besos, en silencio, y de tus labios, mis fuerzas pierden pasos, y se confunden los caminos, ni la luna sabe de esto, y yo te espero, y no escucho ya mi herida, y me planto, y en el medio de la espera, porque te amo, te desvío de mis labios."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

Me tiemblan tus caricias


"Me tiemblan tus caricias, y el sabor antiguo de tus lágrimas... salado el beso llanto, de la moneda olvidada en aquella fuente, y hay rojos deseos de no llorar-te más, y lágrimas vivas que enternecen la partida, es tuya ausencia la que llora en los rincones, y en las calles olvidadas, y en las tardes con olor a lluvia, y en la espuma del café con leche, y en esa lluvia que son tu ojos tristes, que se llueven de silencios, entonces arraso este vacío, y tiemblo  cuando me tiemblan tus caricias...
Y se derrama la mirada, y me embarco en tu silencio, en noches de llantos torrenciales, y nubosidades en aumento, y mi cama está tan triste, y mis sábanas empapadas, porque hay llanto para un río, y no duerme mi cansancio, que está tan cansado de llorarte, y vive ahogado en la distancia, en esta distancia que es un silencio, y tu silencio, ¡que ahora es tan distante! que yo ya nada puedo oirte, y no importa la canción, más solo que aquel día, me caigo encima de la noche, y me sostengo de una lágrima, y te sueño, ¡con tanto miedo! que me tiemblan tus caricias...
Y tiemblan cada noche, cuando caigo encima del silencio, y la noche, y las sombras, y tu ausencia, y tu lluvia se me atraganta, y el silencio es un presagio, y la noche se anuncia larga, y las piernas no me sostienen, ni los dientes, ni los brazos, ni mi llanto... y te invento en los rincones, y te lloro entre mis versos, y se inundan nuestras cartas, y recuerdo aquella tarde, y me tiemblan tus caricias...
porque conozco cada mirada tuya, y cada silencio, cada distancia, y la lluvia me dice que no es casual, ni este verso, ni esta lágrima, ni la noche larga, mientras en tu rostro habita este silencio, pero mira hacia otro lado, y oculta risas, y disimula el llanto, y la distancia es esta cama, y es esta noche, y son tus lágrimas... 
y afuera sólo lluvia, y vacío, y no vienes, y recuerdo aquella tarde, cuando al fin te fuiste, y me tiemblan tus caricias."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

martes, 7 de febrero de 2012

Me levanto de tu asombro


"Me levanto de tu asombro... me descuelgo, y es que me siento incómodo en tu asombro, y a veces creo que todo nos va bien, porque tu mirada es demasiado abierta, y no sabe aún hacia donde va, pero es tu ceguera, que me busca a ciegas, con tropiezos en los pies, y un miedo dulce que te acordona los zapatos, o son tus pasos, mientras te veo venir, pero el miedo llega primero, y me levanto de tu asombro...
te veo venir, y mi grito corre detrás de ti, llueven aullidos en tus ganas de seguir, pero es tarde, y  todos los caminos están nublados a estas horas de la noche, cerrados, y la tormenta en tus ojos se anuncia devastadora, mientras yo te veo venir, y te tropiezas con el miedo, y la luna se avergüenza de haberte llamado, y la calle se vuelve ciega, y ya no te veo,  y entonces yo, que me siento incómodo, y ya no creo que todo nos vaya bien,  te maldigo, y me levanto de tu asombro...
porque esperarte ya no me asombra, ni tampoco que tú vengas, en definitiva siempre fue la misma espera, aunque nos cambien las esquinas, y los bancos de las plazas se vuelvan minutos interminables, ¿cuántas noches caben en un minuto? si de un momento a otro se que no vendrás, y tu ausencia se repite en cada esquina, que será siempre la misma esquina, y fue siempre la misma espera, y tu mirada demasiado abierta, y tu ausencia demasiado aullido, y la luna, y la noche, y yo, que me canso de esperarte, y ya no habrá más sorpresas, ni más esperas, ni bancos, ni más esquinas, y me siento incómodo, porque nada nos va bien, y te maldigo, y ya no te llamo, ya no te olvido, me descuelgo, y me levanto de tu asombro."

A.G.Leão, "EL Sueño de Lagarde"

domingo, 5 de febrero de 2012

Hay que elegir...


“(...) Por lo tanto, se ha producido un cambio durante estas últimas semanas.¿Pero dónde? 
Es un cambio abstracto que no se apoya en nada.¿Soy yo quien ha cambiado? 
Si no soy yo, es este cuarto, esta ciudad, esta naturaleza;hay que elegir.”

 J.P Sartre, “La náusea”

VISIÓN EN EL SINAÍ


"(...)Escalinatas de Metro: mis sonrisas
Toboganes de espuma: mis miradas
Compases de 1000 puntas / cada paso
Martillos sin 1 clavo pero lluvias muy muy lluvias
                                                 mis bolsillos
Poesía crecía en belleza
Dormir era 1 despertar / en sus alvéolos
Manotearse el pelo: rehiletear 1 ojo
escupir caminos para los que chingan más que salvan
                                                 los zapatos..."

Mario Santiago

sábado, 4 de febrero de 2012

Triste, Solitario y Final

-Me caí, Soriano. Me lastimé y rompí el único traje decente que me quedaba. Estoy viejo y le agradezco que me lo recuerde. Usted es un joven valiente que roba una billetera con una pistola en la mano, pero antes me encierra en el baño para que no me de vergüenza. Le agradezco también. El viejo Marlowe no sirve para carterista ni para borracho.
-No se ponga dramático.
-No, pierda cuidado. Yo también me sentí joven el día en que un actor viejo y destrozado vino a decirme que se estaba muriendo. Le dije que se fuera a un asilo de ancianos. No me hizo caso. Se murió en una pensión, como un perro.


Osvaldo Soriano, "Triste, solitario y final"

viernes, 3 de febrero de 2012

Fin y Principio


Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo. (...)

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra. (...)

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.

Wislawa Szymborska

¿Cómo hago yo para decirte mi poesía?




¿Cómo hago yo para decirte mi poesía? ¿Cómo poner en palabras lo indecible, lo vislumbrado, ese destello sublime y esquivo desde donde se manifiesta la magia de un instante?

Porque la poesía, la verdadera, no es más que un simple acto ─ que es mucho más que un verbo─ y surge explosivo en el mismo instante en que muere, en la víspera... ...y habita, como un aleteo agónico y desenfrenado, en la vaga intención que ya se fue.

Inevitable

" Algo inevitable / como enamorarse cien veces /
de la misma muchacha."

Roberto Bolaño

jueves, 2 de febrero de 2012

Leer es como...

... adentrarse en una fatalidad, hipnótica, sensual.
 Tirarse sin mirar a un río, y dejarse llevar por la corriente.
   Saber inútil la brazada. Despertar cada noche, en un naufragio diferente.

( "El Buen Libro" )